Bueno compañeros, como ya sabéis la asignatura se acaba... Para finalizar las sesiones debemos realizar una autoevaluación de todo nuestro paso por EDUCACIÓN DEL MOVIMIENTO y para que todo el mundo pueda apreciar mi punto de vista aquí os dejo la mía íntegramente ya que en clase no la podremos exponer en su totalidad:
AUTOEVALUACIÓN
En primer
lugar me gustaría destacar la primera impresión que me produjo la primera clase
de esta asignatura. Al ver como el profesor nos pedía movernos para contestar a
una simple pero complicada pregunta me quedé boquiabierto, no daba crédito a
que iba a ocurrir en las siguientes sesiones si la primera había sido de esta
manera. Poco a poco fui adaptándome a esta asignatura y a su innovadora
metodología aunque siempre con una sensación de ¿qué aprenderé hoy en educación
del movimiento?, y tras cada clase, con las aportaciones del profesor Pérez,
iba descubriendo nuevos conceptos o formas de encauzar los diferentes problemas
que puedan surgirme en el futuro en mi ansiado trabajo como profesor de Ed.
Física. Pero claro, estos conocimientos no servían de nada sin mi intención de
querer aprender y superarme. De esta forma me surgía otra de las preguntas que
el profesor Pérez nos comentó como fundamentales para la asignatura: ¿Qué hago
yo para aprender? . Igual es algo subjetivo hablar de un trabajo como bueno
cuando todo el mundo implicado de la misma manera haya realizado una tarea
semejante. Aun así me gustaría destacar, no obstante, la gran cantidad de horas
empleadas (cosa de la cual no queda constancia alguna) y sobretodo la
implicación que he tenido pese a mi asombro en esta asignatura. A estas
alturas, y con la asignatura prácticamente concluida, puedo afirmar que mi
trabajo para conseguir mis objetivos en ella han sido notables, tal vez
excelentes aunque, para mí, la excelencia deberían otorgarla otras personas y
no el propio ego de una misma.
Como
consecuencia de esta reflexión me viene a la mente otra de las preguntas
citadas por el profesor Pérez: ¿Qué he hecho yo para que los demás aprendan y,
por lo tanto, puedan progresar al mismo tiempo que yo para valorar ambos el
resultado o incluso el proceso? La solución de esta pregunta me resulta fácil,
cosa que al principio me sonaba a “chino”. Mi aportación a mis compañeros ha
sido el exprimir todo lo que alcanzaban mis conocimientos y aprendizajes para
dejar constancia de ello en los diferentes trabajos elaborados durante el
cuatrimestre y sobretodo con los comentarios en el blog, en el que además,
también me gustaba dejar una huella de mi personalidad con diferentes entradas
quizá un poco alejadas del temario pero cercanas a mis pensamientos. Desearía
destacar una tarea por encima de las demás, la realización de los posters y, en
mi caso, mi cubo de los cuerpos ideales con el cual trabajé en grupo y juntamos
todos los conocimientos para proyectarlos sobre un póster nada habitual pero
que, en mi opinión, atrajo a un alto numero de compañeros e incluso les salpicó
de conocimientos de una forma más interactiva, que como he comprobado en
algunas ocasiones es una de las estrategias más productivas para el
aprendizaje.
Y para
finalizar esta autoevaluación, tal vez algo narrativa, solo me queda la
pregunta, a mi parecer, más importante de todas y que como ha sido frecuente
nos había adelantado el profesor Pérez: ¿De qué me ha servido lo que he
aprendido, lo que he hecho para aprender y lo que he hecho para que los demás
aprendan?
Para empezar
mi mayor logro de esta asignatura ha sido tener y vivir las diferentes experiencias
metodológicas tanto educativas como en trabajos grupales, cosa que no todo el
mundo podrá vivenciar y experimentar sus emociones cuando se le aportan
conocimientos de esta forma. En segundo lugar, quizá el apartado más teórico,
me ha hecho reflexionar y abrir los ojos en algunos de los conceptos que a lo
mejor me parecían mínimos e integrados pero que después de trabajarlos en clase
me he dado cuenta de que tienen más peso y relevancia de la que en un principio
les estaba dando o en algunos casos incluso estaba equivocado en su concepción.
Y en último lugar, recalcar que, sin un esfuerzo que en ocasiones me parecía
banal por no entender o ver su propósito, no habría servido de nada esta
asignatura, es más, ni esta ni ninguna.
Para cerrar
esta autoevaluación necesitamos un valor numérico con el que nos sintamos
identificados en cuanto a nuestro trabajo. Como pregunta el profesor Pérez en
la entrada AUTOEVALUACIÓN 2013a de su blog:
¿NOTA? 8
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